¿Seremos 1.5 gracias a la crisis?
El fenómeno 2.0 ha surgido con la arrogancia del que se sabe poseedor de la verdad, y sus iniciados nos hemos dedicado a desarrollar conceptos e ideas que creemos transformarán el mundo en una conversación sólo apta para iniciados (o bien desde nuestros respectivos blogs, o bien en encuentros presenciales cada vez más endogámicos). Ha sido útil y era necesario. Había que tomar conciencia de ciertos nuevos paradigmas (los mercados son conversaciones, la información es poder sólo si la compartes, eres de donde participas…); era preciso concretar ciertas teorías (long tail, la economía de lo gratuito, el desorden como nuevo orden…); armar ciertas infraestructuras (rss, redes sociales, cloud computing, …); redefinir ciertos conceptos (propiedad, identidad, reputación, confianza…) e inventar otros (avatar, folksonomia, prosumidor…).
A medida que todo el contexto 2.0 ha ido concretándose se ha ido produciendo un mayor distanciamiento, cuando no enfrentamiento, con el modelo anterior que hemos resumido como 1.0. Las grandes empresas, corporaciones, instituciones y estados que mueven el mundo son muy 1.0, y probablemente sea irreal pretender convertirlas en algo 2.0. Casi seguro que, como siempre, la opción buena sea la de buscar caminos 1.5, o incluso 1.2. Como en la más clásica de las negociaciones: empiezas pidiendo más, para poder retroceder hasta un punto aceptable por ambas partes. Porque se trata de ponerse de acuerdo y andar juntos hacia un mundo que quizá no será 2.0, pero sí 1.3 o 1.4, ya se verá. Y no es poco.
Ya habíamos tenido episodios y reflexiones sobre el choque cultural entre lo 1.0 y lo 2.0. Los más evidentes han sido en las escuelas y en las empresas. El convencimiento de las nuevas posibilidades 2.0 contra la experiencia contrastada de los 1.0. Como decía Hiroshi Tasaka, es un problema de egos. Ambos tienen argumentos para ser arrogantes, y el tema se suele resolver por el principio de autoridad.
En estas andábamos cuando el mundo se ha visto sacudido por la crisis de su sistema financiero, que derivará en una crisis económica, que como siempre, comportará una crisis social. Son tiempos de cambios. Las crisis siempre han sido tiempos de oportunidades. La historia llama “crisis” a los momentos de transición entre una etapa y otra. Y estamos en una de estas transiciones, y es la oportunidad de plantear la negociación 2.0.
John P. Kotter ya explicó hace tiempo que los procesos de cambio requieren que exista una sensación de urgencia, de situación crítica, y organizar alrededor de ella una fuerte coalición directiva que genere una nueva visión, visualizar el cambio deseado y ponerlo en práctica mediante logros parciales, historias de éxito que ayuden a lograr consolidar ciertos cambios. Tenemos la situación de urgencia: la crisis. Es el momento para que los convencidos de la 2.0 reconozcan el valor de la experiencia de los 1.0, y que éstos consideren si la nueva visión, el nuevo camino puede estar en algunos de los conceptos aportados por los 2.0. Es el momento de trabajar juntos.
Hasta ahora todos vivíamos en una permanente historia de éxito. Todos los indicadores económicos globales eran positivos, todas las economías crecían, y por lo tanto todos tenían razón: las cosas les iban bien tanto a los 1.0 como a los 2.0. ¿Para qué cambiar si todo va bien?. La última crisis global fue la de 1993, y por esos tiempos los conceptos 2.0 aún no existían. El acceso de los particulares a la red es de 1994 tanto en España como en Estados Unidos, y el Cluetrain se escribió en 1999. La actual es la primera crisis que vivimos con los particulares conectados en red, y es nuestra oportunidad para legitimar que ello tiene consecuencias en la definición de un nuevo modelo y una nueva visión que sea asumible por los 1.0, que hay que reconocerlo, tienen la experiencia de haber vivido y superado más de una crisis. Hay que sentarse a trabajar juntos.
Consultor Anónimo
Yo soy un poco pesimista al respecto. En tiempos de crisis, las empresas ponen sobre la mesa aún más la necesidad de que todo, todo, tenga una rentabilidad inmediata. Los gastos superfluos, se recortan. Adios a proyectos de innovación, a consultorías, a… con perdón, es época de «apretar el culo» y capear el temporal.
Frente a eso, los «dospuntoceristas» ofrecemos (como bien decías el otro día con la web 4.5) una serie de cosas que, sin ser banales, son más intangibles en el corto plazo y que cuesta trasladar al bottomline.
Atraer a las empresas al mundo del 2.0 es convencerlas del valor de lo intangible, de la apuesta por el medio y largo plazo. Y tengo la sensación de que es más complicado ahora que cuando las empresas se permiten alegrías de probar un poco de «pájaros y flores»
Oct 22nd, 2008 at 11:41 pm
Albero
Genís, es una lástima que no postees más a menudo… Desde «Tiempos líquidos» es un placer cada vez que tu nombre se ponen en negrita en mi Google Reader.
Yo vengo del mundo 1.0 y vivo en un portal metido en una estrategia muy grande por blanquear su fachada con el teñido 2.0. Pero hasta ahora son solo coloreos superficiales, brochazos que no llegan a otras capas. Como decía «Consultor Anónimo» la inmediatez de resultados (en Nielsen, etc) les impide tomarse con calma un verdadero paso a la nueva filosofía y a las nuevas plataformas.
Por otro lado, aún soy escéptico, respecto al resultado final de esa futurible simbiosis 1.5 (como la has llamado): en el mundo de portal ha reinado desde la última crisis una premisa rotunda e incontestable: pocos y fuertes. In nuce la filosofía 2.0 es todo lo contrario. Una estaba planteada desde el plano empresarial y ésta viene más ligada al plano personal (aunque en realidad todos tengan en mente «si puedo ganar unas perrillas con mi blog – o vivir de él – mejor»)
Yo creo más bien que la 2.0 se saturará y que la 1.0 se extinguirá, quedando sólo el recuerdo de los viejos dinosaurios que la poblaron. Lo bueno es que estas eras del Internet sólo duran 5, 8 años, así que podremos sentarnos y ser protagonistas de la 3.0 y sucesivas.
Oct 23rd, 2008 at 12:23 pm
Jaime Cuesta
Te doy la razón a medias. Porque creo que un buen comienzo es esa 1.2 o 1.5, pero también creo que el dospuntocerismo es un camino sin retorno, y el momento en el que metes la puntita te absorbe del todo.
De esta forma el 1.2 pasa a ser un estado transitorio debido a las paradojas internas que crea en el que ha dado ese pequeño paso.
Oct 25th, 2008 at 1:45 am
genisroca
Gracias Albero, Jaime y Consultor por los comentarios.
Consultor incide en el hecho de la supuesta intangibilidad de lo 2.0, y argumenta que quizá eso hace que algunos lo consideren algo superfluo, de dudosa rentabilidad y de fácil recorte en estos tiempos de crisis.
Estoy de acuerdo en que la 2.0 tiene mucho de cultural y social, de manera de hacer las cosas, e incluso quizá de filosofía de la vida. Pero creo que nos equivocaremos mucho si por ello abandonamos el reto de lo pragmático, lo medible y lo orientado a resultados concretos.
Hay otras muchas disciplinas profesionales aparentemente intangibles que han anclado fuerte en el mundo de la empresa, como el marketing sin ir más lejos. Alguien convence a alguien de gastarse 14 millones de euros en hacer unos anuncios de televisión, con argumentos tan intangibles como «presencia de marca», «construcción de un concepto», «top of mind», etc. La correlación directa entre anuncios y ventas es algo que está afectado por otras muchas variables (distribución, precio, packaging…), pero pese a ello los profesionales del marketing han logrado hacer creible su trabajo ante los directivos.
No se si es un buen ejemplo, pero «lo 2.0» es como mínimo igual de tangible. Estoy convencido de su incidencia pragmática en múltiples ámbitos de las empresas: gestión del conocimiento, captación y retención de talento, formación… y también en construcción de marca, atención al cliente, análisis de mercados, business intelligence, y un largo etcétera.
Hay que empezar a desmontar la idea de que lo 2.0 es intangible, y explorar el cuadro de indicadores de negocio que demuestran su rentabilidad.
Oct 25th, 2008 at 9:40 am
Josep Salom
Yo, al igual que Jaime, también discrepo en parte. Por un lado, es un camino sin retorno. Personalmente no me gusta hablar de 2.0, creo que este tipo de clasificación nos hace segregacionistas, prefiero hablar de cambio cultural y como todos ellos, lleva un proceso de adpatación. Están los early-adopters y los followers, y estos últimos a veces tardan mucho. No obstante, en el proceso hay una mescolanza que debe convivir. Pero en cualquier caso, el cambio ya se ha iniciado y ya no hay vuelta atrás.
Por otro lado, respecto a si las aportaciones de estas nuevas tendencias son tangibles o intangibles, yo creo que son tangibles, de hecho, en algunos casos muy tangibles. El problema es que sus resultados o no se pueden o son muy difíciles de medir. Y lo que no podemos medir nos da miedo; el riesgo del desconocimiento es demasiado elevado. Ya en los primeros tiempos de las IT nos tuvimos que inventar el TCO para comparar y poder sacar algunos números, y ahora nadie discute si un ERP o un CRM son o no son necesarios. Creo que la solución pasa, lamentablemente, por inventar un indicador de carácter ecónomico que permita medir esas inversiones y sus ventajas de alguna manera.
Oct 25th, 2008 at 2:56 pm
Amalio A. Rey
Genis:
Me ha hecho mucha ilusión que hables en este post de «lo 1.5», incluso de «lo 1.2». Es una forma de sugerir que se trata de un camino… y que no podemos ser maximalistas en nuestros reclamos porque así no se va a conseguir nada.
Por razones ajenas a mi voluntad hace un tiempo no leía tus posts, y esta mañana me he encontrado con este.
A mi me interesa menos el debate de si «lo 2.0» va a crecer con la crisis, y mucho más si ese camino («proceso de adaptación») de lo 1.0 a lo 2.0 es continuo o discontinuo.
Las aportaciones de Jaime y de Josep me han gustado especialmente, porque plantean una dialectica interesante.
Jaime apunta a una visión más purista o totalizadora de lo 2.0 cuando dice que «el dospuntocerismo es un camino sin retorno, y el momento en el que metes la puntita te absorbe del todo»; mientras que Josep confiesa que no le gusta hablar de 2.0 porque «ese tipo de clasificación nos hace segregacionistas».
Estoy de acuerdo con Josep del peligro que tienen las etiquetas, y al mismo tiempo tengo la impresión que ese «camino sin retorno» que describe Jaime solo se da entre los que, como nosotros, teníamos ya una «predisposición natural» a abrazar esta filosofía por nuestra forma de ver el mundo.
En mi caso, el movimiento 2.0 lo que ha hecho es convertir unas necesesidades «latentes», que ya tenía, en «percibidas»… y es por eso que el viaje ha sido relativamente fácil. Me pasó lo que cuenta Jaime.
Pero «el hueso» está en esos «jefes 1.0» que se agarran de una abundante artillería moral e ideológica para no «enterarse» de este nuevo modo de hacer las cosas. Les descubres lo 2.0, pueden utilizarlo hasta «lo 1.1… o lo 1.2» pero nada más. Y como son incapaces de comprender el concepto en su integridad, caen en tantas incoherencias que les lleva a la pérdida de credibilidad, con lo que el modelo no funciona.
No se, me estoy haciendo un lío, pero todavía no he encontrado un respuesta clara a esa idea de aplicar «por partes» un modelo que es tan coherente.
Por cierto, si teneis un momento, he publicado dos posts en mi blog (www.amaliorey.com) que tienen que ver con este debate de poner o no etiquetas:
1)»15 actitudes 1.0 que ayudan a entender lo 2.0″ = http://www.amaliorey.com/2009/01/10/15-actitudes-10-que-ayudan-a-entender-lo-20/
2) «Jefes 1.0: ¿los damos por perdidos?» =
http://www.amaliorey.com/2009/01/11/jefes-10-%C2%BFlos-damos-por-perdidos-post-50/
un saludo
Amalio
Ene 12th, 2009 at 9:11 am
Nacho Muñoz
He incluido este post en un recopilatorio sobre organizaciones 2.0 que hago en mi blog, con formato de sala de exposición.
Un saludo y felicidades por tu blog.
Saludos,
Nacho Muñoz
Mar 4th, 2009 at 3:55 pm