Archive for octubre, 2008

Nativos digitales vs Ciudadanos digitales

octubre 24th, 2008 by genisroca

http://flickr.com/photos/wroush/15805308/sizes/s/Mucho se ha hablado sobre los nativos digitales, y en diversas ocasiones he tenido ocasión de participar de esa conversación. Dediqué algunos posts en este blog al tema, me han invitado a charlas para tratar sobre ello, e incluso he comentado el asunto en algún programa de radio.

Dicen que fue Marc Prensky quien acuñó el término en 2001, y otros lo han continuado desarrollando posteriormente para acabar definiendo a una generación que ha nacido y se ha desarrollado en tiempos de Internet, que cuida su identidad digital, y que adopta una actitud diferente ante las cosas (comparten diferente, crean diferente, comunican diferente, coordinan diferente, aprenden diferente…). Yo mismo me dediqué a narrar algunos de estos casos, como Ashley Qualls o el ya célebre Victoriano Izquierdo.

Ciertamente somos diferentes. Nací en 1966, en un mundo sin ordenadores personales ni Internet, de televisión en blanco y negro, música en cintas de cassette y fotografía en papel. IBM lanzó su primer PC en 1981 cuando yo tenía 15 años, aunque no vi el primero hasta los 19, y el primer acceso de un ciudadano particular a Internet en España es de 1994, cuando yo ya tenía 28. Los que nacieron en 1985 tienen a su alcance ordenadores conectados a Internet desde mucho antes de que tengan uso de razón, filman videos con su teléfono móvil y los publican en YouTube con sólo pulsar un botón. Usan más el SMS que la llamada telefónica, y les resulta más obvio el chat que el mail, que ya ven como algo superado. Ciertamente, somos diferentes.

Pero últimamente hay quien está asociando el hecho de haber nacido en un momento determinado como sinónimo de su mayor o menor incorporación a la sociedad red. Como si por el mero hecho de haber nacido en 1987 deba tener una mayor capacidad de compartir la información o una mejor comprensión del significado moderno de identidad o participación que alguien nacido en 1964. Y en eso no puedo estar de acuerdo.

Como he comentado recientemente a raíz de una reflexión de Ricard Ruiz de Querol, creo que toda clasificación humana sobre el hecho digital basada en el año de nacimiento contiene un error de base. Entiendo la necesidad de buscar un anclaje en la variable tiempo, pero no creo que la edad sea una buena referencia. Propongo una alternativa: tomar en consideración el tiempo que has estado expuesto al fenómeno, es decir, el tiempo (horas acumuladas) que has dedicado al hecho digital (manejo de ordenadores, trabajo en Internet, fotografía y video digital, telefonía movil, etc.). Y aún un matiz adicional: cuánto de ese tiempo de “experiencia digital” ha estado relacionado con la resolución de problemas o el logro de objetivos.

Dicho de otra forma, conozco gente de 20 años que tiene acceso a las tecnologías digitales pero que no considero que pertenezca a esa especie de “raza digital” de la que parece que hablamos. Y en cambio, conozco otros que están por ejemplo en los 50 y que no tengo la menor duda de que están plenamente inmersos en este proceso. Y creo que lo que les define y lo que marca la diferencia no es la fecha de nacimiento, sino una actitud y el nivel de uso de lo digital para la resolución de problemas.

¿No parece una manera más razonable de clasificar?: Tiempo expuesto al fenómeno digital para la resolución de problemas. Es cierto que hay nativos digitales, pero eso no implica que sean ciudadanos digitales.

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(Foto de Wade Roush)

¿Seremos 1.5 gracias a la crisis?

octubre 22nd, 2008 by genisroca

El fenómeno 2.0 ha surgido con la arrogancia del que se sabe poseedor de la verdad, y sus iniciados nos hemos dedicado a desarrollar conceptos e ideas que creemos transformarán el mundo en una conversación sólo apta para iniciados (o bien desde nuestros respectivos blogs, o bien en encuentros presenciales cada vez más endogámicos). Ha sido útil y era necesario. Había que tomar conciencia de ciertos nuevos paradigmas (los mercados son conversaciones, la información es poder sólo si la compartes, eres de donde participas…);  era preciso concretar ciertas teorías (long tail, la economía de lo gratuito, el desorden como nuevo orden…); armar ciertas infraestructuras (rss, redes sociales, cloud computing, …); redefinir ciertos conceptos (propiedad, identidad, reputación, confianza…) e inventar otros (avatar, folksonomia, prosumidor…).

A medida que todo el contexto 2.0 ha ido concretándose se ha ido produciendo un mayor distanciamiento, cuando no enfrentamiento, con el modelo anterior que hemos resumido como 1.0. Las grandes empresas, corporaciones, instituciones y estados que mueven el mundo son muy 1.0, y probablemente sea irreal pretender convertirlas en algo 2.0. Casi seguro que, como siempre, la opción buena sea la de buscar caminos 1.5, o incluso 1.2. Como en la más clásica de las negociaciones: empiezas pidiendo más, para poder retroceder hasta un punto aceptable por ambas partes. Porque se trata de ponerse de acuerdo y andar juntos hacia un mundo que quizá no será 2.0, pero sí 1.3 o 1.4, ya se verá. Y no es poco.

Ya habíamos tenido episodios y reflexiones sobre el choque cultural entre lo 1.0 y lo 2.0. Los más evidentes han sido en las escuelas y en las empresas. El convencimiento de las nuevas posibilidades 2.0 contra la experiencia contrastada de los 1.0. Como decía Hiroshi Tasaka, es un problema de egos. Ambos tienen argumentos para ser arrogantes, y el tema se suele resolver por el principio de autoridad.

En estas andábamos cuando el mundo se ha visto sacudido por la crisis de su sistema financiero, que derivará en una crisis económica, que como siempre, comportará una crisis social. Son tiempos de cambios. Las crisis siempre han sido tiempos de oportunidades. La historia llama “crisis” a los momentos de transición entre una etapa y otra. Y estamos en una de estas transiciones, y es la oportunidad de plantear la negociación 2.0.

John P. Kotter ya explicó hace tiempo que los procesos de cambio requieren que exista una sensación de urgencia, de situación crítica, y organizar alrededor de ella una fuerte coalición directiva que genere una nueva visión, visualizar el cambio deseado y ponerlo en práctica mediante logros parciales, historias de éxito que ayuden a lograr consolidar ciertos cambios. Tenemos la situación de urgencia: la crisis. Es el momento para que los convencidos de la 2.0 reconozcan el valor de la experiencia de los 1.0, y que éstos consideren si la nueva visión, el nuevo camino puede estar en algunos de los conceptos aportados por los 2.0. Es el momento de trabajar juntos.

Hasta ahora todos vivíamos en una permanente historia de éxito. Todos los indicadores económicos globales eran positivos, todas las economías crecían, y por lo tanto todos tenían razón: las cosas les iban bien tanto a los 1.0 como a los 2.0. ¿Para qué cambiar si todo va bien?. La última crisis global fue la de 1993, y por esos tiempos los conceptos 2.0 aún no existían. El acceso de los particulares a la red es de 1994 tanto en España como en Estados Unidos, y el Cluetrain se escribió en 1999. La actual es la primera crisis que vivimos con los particulares conectados en red, y es nuestra oportunidad para legitimar que ello tiene consecuencias en la definición de un nuevo modelo y una nueva visión que sea asumible por los 1.0, que hay que reconocerlo, tienen la experiencia de haber vivido y superado más de una crisis. Hay que sentarse a trabajar juntos.

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